Vivir en un hotel: conozca las principales ventajas e inconvenientes
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¿Has pensado alguna vez en vivir en un hotel? Pues si no lo has hecho, quizá deberías planteártelo. Y es que desde el inicio de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020, las grandes cadenas hoteleras se han dedicado a ofrecer al público un nuevo tipo de alojamiento: el larga estancia o, si lo prefiere, de estancia prolongada.
¿Quieres saber más sobre este tema? Pues sigue siguiendo el post que te lo vamos a contar todo sobre cómo es vivir en un hotel y si merece o no la pena esta decisión. ven a verlo.
¿Por qué vivir en un hotel, qué ventajas tiene?
Mucha gente se preguntará "¿por qué vivir en un hotel?" ¿Cuáles son las ventajas de este tipo de alojamiento?
Desde que comenzó la pandemia, el sector hotelero (no sólo en Brasil, sino en todo el mundo) ha sufrido importantes caídas en el número de reservas.
Ver también: Marco de espejo: 60 inspiraciones y cómo hacerlo paso a pasoAnte esta situación, muchas cadenas hoteleras han puesto a su disposición el servicio de larga estancia La posibilidad de que los huéspedes pasen algo más que un fin de semana en el hotel.
En este tipo de alojamiento, los huéspedes pueden permanecer en la habitación del hotel entre tres y seis meses y pueden renovar su estancia si lo desean.
Pero, ¿por qué no alquilar un piso o una casa de la forma convencional?
Aquí es donde entran en juego las ventajas de vivir en un hotel que no puede encontrar en un alquiler de vivienda convencional. Descubra cuáles son estas ventajas a continuación:
Más seguridad
Una gran ventaja de vivir en un hotel es la seguridad añadida. Esto se debe a que prácticamente todos los hoteles cuentan con seguridad privada y recepción 24 horas, además de otros elementos de seguridad, como sistemas de cámaras, alarmas y llaves electrónicas, que protegen el lugar de la entrada de extraños, algo que difícilmente se puede encontrar en una propiedad común.
Sin contrato ni burocracia
No necesita avalista, seguro ni fianza para alojarse en un hotel durante más tiempo. Todo es más sencillo, práctico y sin complicaciones. larga estancia es prácticamente igual que un alojamiento convencional, es decir, llegas, te registras y subes a tu habitación. Algunos hoteles, sin embargo, pueden pedirte que pagues por adelantado todo el periodo de estancia.
Más flexibilidad
Vivir en un hotel también te da más flexibilidad para mudarte y vivir en otro lugar sin tener que pagar los costes de las multas por incumplimiento de contrato que son habituales en los alquileres de propiedades convencionales. De este modo, eres libre de elegir tu próximo hogar cuando quieras.
Bye bye billets
Cuando eliges vivir en un hotel, tampoco tienes que preocuparte de pagar el agua, la luz, el gas, el impuesto de bienes inmuebles, el seguro, la televisión por cable, Internet, entre otros gastos habituales en otro tipo de inmuebles. Sólo tienes que pagar el coste del alojamiento.
Ubicación privilegiada
Otra gran ventaja de vivir en un hotel es la ubicación privilegiada, ya que la mayoría de ellos se encuentran en lugares valorados y cerca de todo lo que necesitas, como líneas de metro, aeropuerto, supermercados, entre otros.
Por eso, muchas personas que acaban viviendo en un hotel acaban deshaciéndose del coche, ya que todos los desplazamientos se pueden hacer a pie. Y estar sin coche también es sinónimo de reducción de costes, es decir, sin coche, sin IPVA, sin seguro, sin mantenimiento, etcétera.
Ocio y entretenimiento
Gimnasio, sauna, sala de juegos, piscina, entre otros espacios que el hotel pone a disposición de los huéspedes, también pueden ser utilizados por aquellos que decidan hacer una estancia prolongada. Ahorra tiempo, ya que no tiene que desplazarse hasta el gimnasio, por ejemplo, y sigue ahorrando dinero, puesto que estos servicios ya están incluidos en el paquete.
Ropa de cama limpia, habitación ordenada
¿Qué te parece no tener que limpiar ni cambiar la ropa de cama? Vivir en un hotel también te permite estas comodidades. Sin embargo, es bueno que te informes sobre la disponibilidad del servicio de habitaciones, ya que algunos hoteles no ofrecen este servicio incluido en el paquete, es decir, tendrás que contratarlo aparte.
Está sobre la mesa
Despertarse cada día con el desayuno listo y servido es estupendo, ¿verdad? Es otra de las comodidades de vivir en un hotel. Sin embargo, al igual que el servicio de habitaciones, en algunos hoteles el desayuno también hay que contratarlo aparte.
Nuevas experiencias
Vivir en un hotel es, sin duda, garantía de nuevas experiencias y vivencias enriquecedoras. En primer lugar, porque este tipo de alojamiento, fuera de lo común, te permite una nueva visión del mundo, rompiendo esquemas y rompiendo paradigmas. En segundo lugar, porque vivir en un hotel también conlleva la posibilidad de conocer a mucha gente diferente, incluso de fuera del país.
¿Cuáles son las desventajas de vivir en un hotel?
Quienes deciden vivir en un hotel también deben tener en cuenta algunos detalles y situaciones que, para muchos, pueden verse como desventajas, mientras que para otros es sólo una cuestión de adaptación. Compruébelo:
Sin domicilio fijo
Hazte a la idea de que no tendrás una dirección fija y permanente: cambiará cada seis meses por término medio. Si esto te supone un problema, quizá quieras replantearte la idea de vivir en un hotel.
Cosas de hotel
Huéspedes charlando en el pasillo, el ruido del ascensor, la falta de enchufes, el secador de pelo y la ducha que no siempre funcionan como a uno le gustaría: éstas son algunas de esas cosas típicas de los hoteles que, en el caso de una estancia corta, no causan problemas, pero que en una estancia prolongada pueden llegar a ser desagradables y muy molestas.
Minimalismo forzado
Vivir en un hotel también implica llevar un estilo de vida más minimalista y desapegado. Y es que todo lo que tienes debe caber en una maleta. Nada de "mi cama", "mi sofá", "mi televisor". Cuando sales del hotel, todas esas cosas se quedan allí.
Sin lavandería ni cocina
La mayoría de los hoteles no disponen de habitaciones equipadas con cocina o lavandería, así que esa comidita que le gusta preparar, por ejemplo, no le servirá. La ropa sucia tendrá que lavarla en lavanderías externas.
Lento y constante
Otro problema de vivir en un hotel es Internet: la señal casi siempre es mala y, si necesitas una buena conexión para trabajar, por ejemplo, es bueno que pienses en tu propio plan de Internet para no tener que depender de la red del hotel.
¿Cuánto cuesta vivir en un hotel?
A primera vista, el coste de vivir en un hotel puede resultar desalentador, ya que cuesta unos 2.800 dólares al mes, con agua, electricidad, gas, Internet y televisión incluidos en el paquete.
Dependiendo del hotel y de los servicios extra que ofrezca, como desayuno, servicio de habitaciones, lavandería y garaje, por ejemplo, este coste puede ascender a unos 4.000 dólares al mes.
Así que antes de embarcarte en esta idea, merece la pena que tengas en cuenta los gastos que te supondría un alquiler convencional, incluidas todas las facturas del mes, y que calcules la relación coste-beneficio de una estancia prolongada.
¿Merece la pena vivir en un hotel?
Puede merecer la pena o no: todo dependerá de su estilo de vida, su perfil profesional y lo que piense conseguir con esta experiencia.
Si eres una persona joven que empieza su carrera, sin familia, que quiere vivir sola pero aún no tiene recursos para comprar una propiedad o no quiere gastar en muebles y electrodomésticos por el momento, la opción de vivir en un hotel puede ser muy interesante.
Lo mismo ocurre con las personas que viajan muy a menudo y no quieren o no desean una vivienda permanente para no tener que soportar todos los gastos que representa una propiedad.
Los nómadas, por ejemplo, también tienen muchas posibilidades de adaptarse a vivir en un hotel, ya que la flexibilidad en la fecha de contratación del alojamiento permite a la persona desplazarse con la frecuencia que desee.
Otro tipo de persona que forma parte del perfil de los que viven en hoteles es el minimalista. Si vivir con una mochila a la espalda es más que suficiente para ti, lánzate a esta experiencia que tiene éxito.
Las personas de la tercera edad que quieren vivir más cómodamente y sin mayores preocupaciones también pueden decir que vivir en un hotel merece la pena.
Muchas parejas y familias adoptan el sistema de estancias prolongadas cuando necesitan renovar la vivienda en la que viven o desean prolongar el periodo vacacional.
Ver también: Cabecero LED: cómo hacerlo y 55 bonitas ideasEs entonces cuando la familia tiene la posibilidad de evaluar si vivir en un hotel merece la pena o no.
Se trata de una decisión muy privada en la que intervienen varios factores. Lo más importante es sopesar todos los costes y beneficios de esta decisión, no sólo el valor. Evalúe la facilidad de acceso a lugares importantes para usted, los servicios ofrecidos, su estilo de vida, entre otros detalles.
En caso de duda, ¡atrévete a experimentar!