Abandonar el hogar paterno: ventajas y por dónde empezar
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Una casa limpia, ropa limpia, comida en la mesa y el consuelo de tener la seguridad y la comodidad de unos padres siempre cerca.
Pero llega un día en el que hay que batir las alas y abandonar el nido. Este proceso de dejar el hogar paterno está rodeado de muchas expectativas, pero también de muchas dudas, miedo y un cierto escalofrío en la barriga
Con los consejos adecuados y una buena planificación por tu parte, es posible hacerlo todo más fácil y seguro. Sigue el post para saber más.
Al salir de casa de tus padres
¿Hay alguna fecha marcada en el calendario que determine cuándo hay que irse de casa de los padres? Afortunadamente, no.
Sin embargo, hay algunas situaciones, emociones y sentimientos que ayudan a revelar que ese momento se acerca. Comprueba si encajas en alguna de ellas:
Relación seria a la vista
Iniciar una relación que promete ser larga, duradera y feliz es una de las principales razones que impulsan a las personas a abandonar el hogar paterno.
No necesariamente tiene que estar en camino hacia el altar, ya que hoy en día es muy común la unión estable entre parejas.
Pero sea como sea, una cosa es cierta: empezar una vida en pareja requiere su propio espacio.
Necesidad de libertad e independencia
Los adultos jóvenes necesitan libertad e independencia para organizar sus propias vidas, y eso forma parte de la mayoría de edad.
Sin embargo, algunos padres, incluso después de que sus hijos crezcan, siguen preocupándose, a veces incluso exageradamente, exigiendo horas de salida y llegada, entre otras cosas.
Si te encuentras en esta situación, mudarte de casa de tus padres puede ser liberador.
Cambio de estilo de vida
Otra cosa muy común son las diferencias entre el estilo de vida de padres e hijos.
Has crecido, te has formado una personalidad y has adoptado tu propia visión de la vida, pero puede que tu estilo de vida ya no coincida con el de tus padres, en cuyo caso existe una enorme posibilidad de conflicto entre vosotros.
Puede ser que haya elegido una dieta diferente, una religión diferente u otra cosa.
Si sus estilos de vida ya no coinciden, también puede ser un indicio de que ha llegado el momento de salir de las alas de sus padres.
Deseo de conquistar la propia vida
Por muy buena que sea vuestra relación, llega un momento en que necesitáis tener vuestras propias cosas.
Su propiedad, su familia, su carrera, entre otros logros. En este momento también deberá reflexionar sobre si quedarse o no en casa.
Ventajas de dejar la casa de tus padres
Mayor privacidad
Irte de casa de tus padres es garantía de intimidad: nadie se quejará si te llevas a alguien a casa por la noche o merodeas mientras hablas por teléfono.
Autonomía y libertad
¿Quién no sueña con el día en que pueda hacer lo que quiera, cuando quiera, sin tener que rendir cuentas a nadie?
Ver también: Casas grandes: 54 diseños, fotos y planos para inspirarteMudarte de casa de tus padres tiene esta ventaja: puedes dormir y levantarte cuando quieras, limpiar la casa cuando te apetezca y recibir a quien quieras en cualquier momento.
Pero un consejo: las decisiones son tuyas, al igual que las consecuencias.
Así que, por muy festivo que te parezca dejar la casa de tus padres, recuerda que ahora estás a cargo de tu propia vida y eres tú, sólo tú, quien tendrá que soportar todo lo que suceda, sea bueno o malo.
Calidad de vida
Mudarte de casa de tus padres también puede ser una ventaja para tu calidad de vida, sobre todo por la proximidad de tu nuevo hogar al trabajo y a la universidad.
Puede ocurrir que la casa de tus padres esté lejos de donde estudias o piensas estudiar, en cuyo caso salir de casa puede ser muy ventajoso.
Adquirir responsabilidad y madurez
No mucha gente ve esto como una ventaja de mudarse de casa de los padres, pero la verdad es que es una de las mejores cosas que puedes conseguir.
Irte de casa de tus padres te confiere responsabilidad, ya que tendrás que tomar tus propias decisiones en función de tu presupuesto y tus objetivos a largo plazo.
Eso significa que aprenderás a sacrificar esa pequeña fiesta del fin de semana en favor de algo más grande. Eso es tener sentido de la responsabilidad y madurez.
Cómo salir de casa de tus padres
Mucha gente piensa que irse de casa de los padres es sinónimo de ajetreo, sin responsabilidades, sin nadie con quien meterse ni nada por el estilo.
El momento de dejar la casa de tus padres está lleno de decisiones y planificación.
Sin esto en mente, corres el grave riesgo de volver con el rabo entre las piernas, así que presta atención a los siguientes consejos para hacerlo bien.
Habla con tus padres
Sea cual sea tu relación con tus padres, mantén un diálogo abierto, sincero y amistoso.
Hazles saber por qué tomas esta decisión y, sobre todo, hazles saber que, aunque te vayas de casa, sigues formando parte de la familia.
Ver también: Felpudo de ganchillo: cómo hacer, consejos y fotos para inspirarseIrse no es una ruptura familiar, sino un paso para construir una vida independiente.
Para que este momento sea agradable para todos, intenta incluir a tus padres en algunas actividades, como la visita a la nueva casa, la compra de muebles o la planificación de la decoración.
Planifique sus finanzas
Nunca, bajo ninguna circunstancia, dejes la casa de tus padres sin una buena planificación financiera, aunque tengas un buen trabajo.
Vivir en casa de tus padres es una realidad económica muy distinta a la de vivir por tu cuenta, y a partir de ahora tendrás que cubrir todos tus gastos, desde el yogur del desayuno hasta el seguro del coche.
Lo ideal es empezar la planificación financiera al menos con seis meses de antelación, para garantizar una transición fluida sin sorpresas ni contratiempos por el camino.
Disponer de una reserva de emergencia
Este debería ser tu mantra a partir de ahora: "reserva de emergencia". Y como su nombre indica, la reserva de emergencia es una cantidad de dinero que guardas para algún futuro imprevisto.
Este dinero debe guardarse allí para utilizarlo en caso de que pierda el trabajo, por ejemplo.
Lo ideal es que tu reserva de emergencia sea igual a tus últimos seis sueldos. Suponiendo que ganes 2.000 $ al mes, tu reserva de emergencia debería ser de 12.000 $ en total.
Calcula todo en la punta del lápiz
Haz una hoja de cálculo y anota en ella todos tus gastos mensuales. Incluye el alquiler y el piso (o el pago mensual de la hipoteca), el agua, la electricidad, el teléfono, internet, el gas, la comida, el transporte, el seguro y todo lo demás que tendrás que pagar por tu cuenta a partir de ahora.
Incluye también los gastos de ocio y los pequeños caprichos que te des a lo largo del mes.
Para facilitarte la vida, calcula porcentajes para cada una de estas cosas. Recuerda que los gastos de vivienda (alquiler o hipoteca) no deben superar el 30% de tu presupuesto.
Así, si ganas 2.000 $ al mes, busca propiedades de alquiler que no cuesten más de 600 $.
Elige un lugar cerca del trabajo y la universidad
Dentro de tu presupuesto, intenta buscar propiedades que estén cerca de tu trabajo o universidad.
Además de aportar más calidad de vida, ya que no tendrá que pasar horas trasladándose de un lugar a otro, existe la posibilidad de ahorrar dinero en transporte.
Baja un poco tu nivel de vida
Mudarte de casa de tus padres significa que lo más probable es que tengas que bajar algunos peldaños en tu nivel de vida.
Es más de lo esperado, al fin y al cabo eran tus padres los que pagaban la mayor parte de los gastos de la casa. Sólo que ahora ya no, cariño.
Puede que tengas que decir adiós a las salidas de fin de semana y a las cenas a domicilio.
Reducir el gasto superfluo
Parte de la mudanza fuera de casa de tus padres consiste en recortar los gastos superfluos. Analiza tus facturas y comprueba qué puedes reducir o incluso eliminar de tu presupuesto.
Por ejemplo, ¿necesita el plan de telefonía móvil más completo? ¿Y el paquete de televisión de pago tiene que tener cuatrocientos canales cuando ni siquiera ve la televisión?
Analice también sus compras y gastos en ropa, alimentación y ocio.
¿Quién dijo que sería tan fácil?
Aprender a hacer las tareas domésticas
Este consejo puede salvarte la vida: aprende de una vez por todas a hacer las tareas domésticas, desde las más sencillas, como fregar los platos, hasta las más "complejas", como lavar la ropa o hacer la comida.
Pero no te alarmes: internet te ayudará: haz una búsqueda rápida y pronto encontrarás tutoriales de todo tipo, desde cómo cocer alubias hasta cómo lavar ropa blanca.
Aprender a hacer las tareas domésticas te ahorrará mucho dinero en lavandería, jornales y partos.
Síndrome del nido vacío
Por último, pero no por ello menos importante: tendrás que enfrentarte al síndrome del nido vacío. ¿Y qué es eso?
El síndrome del nido vacío es una forma de describir la sensación de pérdida que sienten algunos padres cuando sus hijos se van de casa. En otras palabras, probablemente tendrá que aprender a sobrellevar su necesidad.
Demuestra que siempre estás cerca y disponible cuando te necesiten, pero al mismo tiempo deja claro que todo está bajo control y que te encuentras bien.
Una cosa más: no sólo los padres suelen lidiar con este sentimiento de vacío. Los hijos, cuando se van de casa de sus padres, también tienen que aprender a lidiar con la nostalgia y la dependencia.
Al final, verás que todo sale bien y que no podrías haber elegido mejor, ¡créeme!